Una investigación muy importante sobre la evolución fue relizada por el biólogo francés Jean BaptisteLamarck, quien fue el único que propuso antes que Darwin una hipótesis bien ndesarrollada para explicar los mecanismos mediante los cuales pudieron haber evolucionado las plantas y los animales. Su libro Filosofía Zoológica, en el que expone sus nuevas ideas sobre le evolución, se publicó en 1809, justamente en el año del nacimiento de Charles Darwin.
¿Cómo cambian las especies de plantas y animales? Lamarck basó su hipótesis en el razonamiento siguiente: una gran modificación en el ambiente de una especie animal daría por resultado la necesidad de un cambio en esa determinada especie. Esta necesidad de cambio, producida por "sntimientos internos", causaría en el animal la formación de nuevos hábitos para ajustarse a su nuevo ambiente.
Lamarck, basado en sus amplios estudios de la naturaleza y en sus amplios idea de la necesidad de cambio, hizo dos suposiciones importantes. Llamó a la primera "ley del uso y del desuso". En ella supone que si alguna parte del cuerpo se usa repetidamente, crece y se desarrolla; en cambio, las que no se usan se debilitan lentamente, se atrofian y pueden llegar a desaparecer. Lamarck llamó a la segunda suposición "ley de la herencia de los caracteres adquiridos". En ésta consideró que cualquier animal puede transmitir a sus descendientes aquellos caracteres que ha adquirido durante su vida. Así, los descendientes heredarían aquellos caracteres desarrollados por el uso o los atrofiados por el desuso. La La hipóstesis de Lamarck para explicar el macanismo de la evolución se basó pues, en estas suposiciones. Creyó que después de muchas generaciones evolucionaban nuevas especies como resultado de la adquisición o pérdida de caracteres.
Lamarck usó muchos ejemplos observados en la naturaleza para ilustrar su hipótesis. Por ejemplo, suponía que los antecesores de las serpientes probablemente tenían extremidades y cuerpos cortos como los lagartos , pero que fue necesario que estos animales tuvieran que arrastrase por el suelo y estirar sus cuerpos, a fin de pasar por orificios angostos. En esta nueva situación usaban muy poco sus extremidades, las cuales más bien les molestaban para arrastrarse. En el transcurso del tiempo sus extremidades sin uso desaparecieron y sus cuerpos se hicieron más largos.
Explicó el caso de las patas palmeadas de los patos y gansos como el resultado uso en la natación. Asimismo, consideró que aves como la garza habían desarrollado patas largas para lograr mantener el cuerpo fuera del agua. Los cuernos y las astas serían el resultado de los golpes que los animales habían sufrido en la cabeza durante las riñas. Lamarck aplicó también en su hipótesis de plantas. Consideró que al disminuir la lluvia en un área, las plantas desarrollaban la necesidad de almacenar agua.
Durante muchos años, a medida que el área se hacia más desértica, las plantas transmitirían a sus semilas las características adquiridas que les permitía consevar el agua, dando como resultado la evolución de plantas como los captus, capaces de almacenarla en grandes cantidades: un ejemplo de razonamiento de Lamarck citado muy amenudo es su explicación del enorme crecimiento del cuello de la girafa.
La girafa vive en sitios donde el suelo es casi siempre seco y sin hierba. Obligada a ramonear de los árboles las girafa se vió continuamente forzada a estirar el cuello hacia arriba este hábito manteniendo através de extensos periodos de tiempo por cada uno de como los individuos de su raza, dió como resultado que las extremidades anteriores se alargaran mas que las posteriores y el cuello se alargara también, de tal modo que pudiera elevar su cabeza a una altura aproximada de 18 pies (5.49 m), sin despegar sus extremidades del suelo. La explicación que Lamarck ofrece sobre la evolución mediante la herencia de los caracteres puede parecer razonable, al menos superficialmente. Los ejemplos usados por él resultan especialmente convincentes, porque la primera de las dos grandes supocisiones es válida.
Los órganos de los animales sí cambian como resultado del uso o del desuso.
La segunda hipótesis de Lamarck supone de cada generación puede pasar a la siguiente los caracteres adquiridos; pero no hay evidencias experimentales que demuestren que éstos puedan heredarse. Un científico trató de probar la herencia de los caracteres adquiridos cortando la cola a un grupo de ratones y luego permitiéndoles crusarse entre sí. Los descendientes nacieron con colas y también fueron sometidos a la operación, este procedimiento se repitió por veinte generaciones. Aún los ratones de la vigesima primera generación nacieron con colas tan largas como las de la primera generación. De modo que de las dos principales supociciones de Lamarck, es la segunda la que no ha sido posible verificar, pués hasta ahora no se han encontrado evidencias convincentes que demuestren la herencia de los caracteres adquiridos.
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