Yafá Melamed
opinion@prensa.com La variable ambiental es un tema que tanto en grandes como pequeñas economías se discute cada día con mayor frecuencia. Es notable cómo las estaciones del año, antes marcadas, han cambiado y el llamado de alerta ambiental a nivel nacional y mundial se hace sentir. Cientos de miles de personas se ven afectadas por los cambios climáticos: lluvias en época seca, inundaciones a gran escala, olas de frío o de calor extremo, entre otros. Ante el llamado de la comunidad internacional por hacer algo para evitar que la acelerada degradación del medio ambiente continúe, existen desde hace décadas acuerdos que establecen límites y/o restricciones para la industria con el fin de atenuar la contaminación. Es bien sabido que Estados Unidos posee una agencia ambiental bien formada y que aplica leyes y restricciones dentro de su territorio para conservar sus propios recursos, pero por un interés económico, los acuerdos internacionales no han sido nunca firmados por la gran potencia.
En vista de tal crisis, el nuevo presidente de EU contempla en su plan de reactivación económica poner su enfoque y dirigir su maquinaria hacia un desarrollo sustentable, con la utilización de fuentes de energía alternas y lograr una independencia del tan preciado oro negro. Pero ¿cuál será el costo de desarrollar en masa las nuevas tecnologías e infraestructuras que los llevará a tal independencia? Sin duda alguna, para lograr el arranque económico serán necesarias grandes sumas de dinero, tal vez, como las escuchadas al inicio de la crisis de Wall Street, pero teniendo en cuenta que los números han demostrado que vale la pena la “internalización” de la variable ambiental, será un reto por un buen sendero.
A los economistas les interesa manejar el dinero y si se les demuestra que el incurrir en un gasto hoy traerá más de un beneficio que implique ganancias y/o ahorros, ahí podrán decidir y considerar tomar en cuenta la variable ambiental. La misma representa un costo inicial, pero bien manejada traerá beneficios directos e indirectos. Directos en la disminución concreta de recursos necesarios para la actividad, por el reciclaje de los mismos, y generaremos menos residuos, ayudando directamente al medio ambiente, indirectamente la calidad de vida de todos será mejor, implicando una actitud positiva y de equipo entre el personal de trabajo.
La variable ambiental se puede incluir en cualquier empresa, industria, oficina, etc, y la gestión ambiental es la rama que se encarga de manejarla y optimizarla en todas las líneas de proceso de una actividad para reducir residuos buscando la eficiencia y efectividad en el uso de los insumos y minimizando el impacto al medio ambiente. Este mejoramiento se conoce como producción más limpia (P+L). Al ver los errores que han pasado otros países para llegar a esta solución que busca un balance entre hombre, economía y naturaleza, Panamá debe optimizar este tipo de proyectos. El Conep dirige y fomenta los proyectos de P+L y como mencionó el director de esa entidad en el artículo “Industrias más Conscientes” (publicado 10 de abril de 2009) “no hay sector que no pueda hacerlo”. Ahora es nuestro turno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario